Ya en el 2010, según mis recuerdos, las clientas más transgresoras empezaron a pedir las puntas desgastadas estilo california, lo que hoy se conoce como balayage.
Tengo flashes en mi memoria de ver fotos de actrices norteamericanas con esa técnica y tuve que empezar a interiorizarme.
En aquel momento, no había nadie que pudiera imitar tal técnica en nuestro país, ni tampoco nadie sabía cómo era su nombre. Así que los profesionales hacíamos lo que podíamos. Sí, hacíamos cada desastre intentando captar la esencia del balayage.
Años después de cometer más de un millón de errores aspirando a lograr tal estilo, pude empezar a sentir su magia.
La técnica de balayage no es solo un simple look que vemos en las redes sociales, revistas o en la televisión. Es una forma de arte. Una forma de expresarnos creativamente sobre el cabello.
Corría el año 2015 – 2016, periodo en el cual encontré a mi maestro. A través de las redes encontré a quien sería mi mentor, mi máxima inspiración. Él creo en mí la necesidad de expresarme creativamente. Mezclaba (y aún mezcla) mi color favorito (el rosa) y formaba estilos con tal destreza que se volvió una adicción para mí. Verlo todos los días manipular las herramientas creativas que tenemos y sorprenderme con cada trabajo, hacía que me motivara más y más.
Así fue que la técnica balayage se convirtió en mi pasión
La razón por la cual hoy me convertí en especialista en balayage y técnicas aledañas fue gracias a él y se volvió la técnica más fuerte dentro de mi estudio.
Cada vez más las clientas pedían estos looks que se ven por todos lados. Y por supuesto, cuando uno hace lo mismo todos los días, adquiere la destreza que hace falta para crear magia sobre las cabezas.
Aprender a manipular las herramientas y lograr trabajos de calidad con la máxima velocidad es mi fuerte.
Pero eso no sucedió de un día a otro como todos piensan. Llevo casi 10 años aprendiendo día a día a superar la técnica anterior, no solo con las herramientas, sino con los productos específicos que conllevan en cada tipo de trabajo.
Muchas veces tuve que viajar, no solo en el país sino también al exterior para poder capacitarme; como así también importar productos que, en algunas ocasiones, ni siquiera se conocían en el país.
Me convertí en especialista en balayage
Mi pasión por crear magia no cesa; todos los días me despierto con nuevas ideas locas y busco dentro de mi portfolio de clientas a la más adecuada para aplicarla.
A veces pasan meses porque me toca esperar a que le toque su turno a “la elegida”, ya que cada una de mis clientas cumple rigurosamente una agenda de visitas anual. Aunque no lo crean, mi agenda se maneja anualmente. Motivo por el cual casi nunca puedo dar turnos a nuevas clientas. Seguramente mis clientas se deben reír porque saben que es verdad.
Hay quienes no nos conocen y dicen: “¿cómo puede ser que no tenga turnos?” Esto es un estudio en donde la atención es exclusiva y permanente para cada una de mis clientas actuales y para las próximas que ingresen ya entenderán por qué lo digo.
La combinación de pasión, conocimiento, herramientas y productos hace que hoy esté dentro de las profesionales más buscadas para realizarse un trabajo de balayage en Rosario y quien sabe… de las más buscadas del balayage en Argentina
Mis trabajos recorrieron y recorren el mundo gracias a mis bellas amigas que recurren a mis manos. A ellas: ETERNAMENTE AGRADECIDA POR CONFIAR EN MI DESDE EL PRIMER MOMENTO.
El desafío de cada visita es reinventar la magia. Cada vez que vienen a mí, piden algo distinto ¿o será que yo misma cree esa necesidad en ellas?